Cuando Mayca se fue a Galicia a cuidar a su madre enferma, nunca pensó que eventualmente perdería la casa que tanto gastaba comprando en Móstoles, y aún le quedaban 10 años de hipoteca por pagar. Ni siquiera pensó en alquilarlo, pero después de que fracasara un pequeño autoservicio en la aldea de sus padres, no tuvo otra opción.
Mordió la bala y confió su casa a una familia peruana, que eventualmente se convirtió en su peor pesadilla: orgulloso okupa, "falsa fragilidad", estilo de vida muy superior a él, le robó su casa, el tiempo de dormir y hasta su salud. Hoy falleció su madre, y fue su padre quien la ayudó a pagar la pensión, lo que la emocionó mucho.
Mayca envió un mensaje a la sociedad: "Al final, parece que ni el trabajo ni ser una buena persona sirve de nada. Ahora lo único importante es vivir de acuerdo con la historia".
Mayca. Fuente: libremercado.com |
0 Comentarios:
Publicar un comentario